miércoles, 30 de abril de 2008

ID: Coronilla de la Divina Misericordia.


En momentos de dudas, de crisis o de situaciones que uno no entiende, a mí me ha ayudado muchísimo esta "conversación" con el que es nuestro AmiGo, nuestro HErmANo, nuestro PADRE. Por medio de esta coronilla descubres como, ciertamente, Jesús lo ha dado TODO por tí y no te abandona nunca, a pesar de nos olvidemos a menudo de su AMOR.


((Según el diario de Santa María Faustina Kowalska"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia."
"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador."))


Se utiliza un rosario común de cinco decenas.

1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.


2. Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:

"Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma

y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo,Nuestro Señor

Jesucristo,para el perdón de nuestros pecados

y los del mundo entero."


3. En las cuentas pequeñas del Ave María:

"Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros

y del mundo entero."


4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces:

"Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,

ten misericordia de nosotros y del mundo entero."


AMEN

ID: Unidad de la Iglesia



Muchas veces he oído la misma crítica hacia la Iglesia, referida a la unidad a la que Cristo nos llamó. Todos los cristianos deberíamos preguntarnos qué hacemos por conseguir acercarnos más a ese ÚNICO núcleo común: JESUCRISTO RESUCITADO.

Es cierto que en la Iglesia hay muchos senderos, pero no hemos olvidar que todos conducen al mismo destino: La Vida Eterna en la Santa Trinidad.

Todos tenemos que trabajar en este campo, porque según vivamos nosotros, así conocerá el mundo a Jesús. Es mucha la responsabilidad, pero una AYUDA tremenda para la conversión del día a día.

No tendríamos que conformarnos con ir a misa los domingos, sino en vivir esa Eucaristía todos los días. Pienso, que si cada día nos levantaramos callendo en la cuenta de que nuestro Padre está toda la jornada observando cada paso que damos, nos sería muy díficil decirle que NO; que hoy no quiero que me acompañes en mi caminar. Del mismo modo, al acostarnos, en esos momentos en los que estamos realmente solos con Él, como María ante la CRUZ, si nos acordásemos de darle gracias por no apartar sus manos de nuestra cabeza, y pedirle aquello que anelamos y consejo para el mañana, conseguiríamos a paz y tocar (un poquito al menos) el Cielo. Dicen los espertos que, con lo que te acuestes en la cabeza por la noche, con eso mismo te levantas.


PAZ y FELIZ PASCUA.